De un vistazo
- Promueve una flora intestinal saludable
- Ayuda a fortalecer los mecanismos de defensa del cuerpo
- Trabaja para restaurar el equilibrio natural de las bacterias «buenas» después de una terapia antibiótica
- Administra los ingredientes activos según los principios de la cronobiología
Bases
El ecosistema digestivo alberga de 400 a 500 tipos diferentes de bacterias. En un intestino delgado y grueso sano, las bacterias con propiedades beneficiosas dominan sobre los gérmenes que causan enfermedades. Estos microorganismos beneficiosos preservan las defensas inmunitarias del cuerpo, ayudan a la absorción de nutrientes y facilitan la eliminación de partículas de alimentos no digeridos. Millones de personas tienen seriamente alterada esta primera e importantísima barrera contra agentes patógenos y toxinas debido a tres factores: los tratamientos antibióticos inadecuados, una alimentación desequilibrada y los problemas inflamatorios del intestino.
«La muerte comienza en el intestino» es un dicho famoso y sabio atribuido a Hipócrates de Cos, el médico más importante de la antigüedad. Hoy, la investigación médica moderna le da la razón. Casi todas las enfermedades debidas a la prosperidad, o las llamadas «enfermedades del estilo de vida», están relacionadas con una digestión alterada y una absorción deficiente de nutrientes. Los alimentos que comemos introducen patógenos y otras sustancias nocivas en nuestro aparato digestivo. Idealmente, éstos se eliminan mientras que el cuerpo absorbe las proteínas, las grasas, los carbohidratos, las vitaminas, los minerales y los componentes vegetales secundarios. La mucosa intestinal también produce células inmunitarias, que se distribuyen a todas las partes de nuestro cuerpo a través de los canales linfáticos, fortaleciendo así nuestro sistema inmunitario. La restauración del equilibrio bacteriano natural después de una terapia con antibióticos, que elimina las bacterias beneficiosas y las dañinas, la reposición de la flora intestinal después una infección o inflamaciones y el mantenimiento de una flora intestinal saludable son las principales áreas de aplicación para la cronobiología.
El régimen Florachron® consta de dos pasos de acuerdo con el ritmo diario del cuerpo. Primero, se proporcionan bacterias vivas y sanas (probióticos) para normalizar la flora bacteriana en el intestino. Luego, se introducen sustancias fibrosas que no pueden ser digeridas por el sistema digestivo humano (prebióticos) para proporcionar un ambiente interno perfecto para los probióticos, asegurando que las bacterias beneficiosas se adhieran a la pared intestinal y encuentren condiciones óptimas en el tracto digestivo.
Florachron® es una preparación cronobiológica diseñada para proporcionar los ingredientes óptimos para la salud digestiva a la hora correcta del día. Por la mañana se administra una cápsula que contiene un complejo probiótico de aproximadamente 26 mil millones de células vivas, junto con una pequeña cantidad de sustancias prebióticas. Esta cápsula probiótica ha sido desarrollada especialmente para garantizar que una cantidad suficiente de bacterias probióticas sobreviva al paso a través del estómago, llegando en última instancia a las partes inferiores del tracto digestivo. La cápsula de la noche contiene una cantidad mucho mayor de prebióticos, que ayudan a que las bacterias probióticas se acumulen de modo eficaz dentro del tracto digestivo, al tiempo que preparan la pared intestinal para la próxima carga de prebióticos.
Efectos
Efectos de los probióticos:
Mientras se digieren los alimentos, las bacterias lactobacillus acidophilus forman varias sustancias (por ej., el ácido láctico) que crean un ambiente desfavorable para los microorganismos no deseados. Al producir niacina, ácido fólico y piridoxina, el lactobacilo también contribuye a la formación de una flora intestinal saludable. Las bacterias productoras de ácido láctico ayudan a mantener un sistema inmunitario saludable, promueven el crecimiento celular correcto y ayudan a mantener los niveles de colesterol que ya están dentro de los rangos normales. Sin embargo, es necesario que estas bacterias beneficiosas se administren en cantidades suficientes para que puedan superar la barrera de ácido gástrico que se acumula durante el proceso digestivo, llegando vivos al intestino.
El probiótico lactobacillus plantarum, generalmente conocido por estar presente en el chucrut fermentado, convierte el oxígeno en peróxido de hidrógeno. Este es un proceso poderoso que el sistema inmunitario emplea contra muchos microorganismos no saludables, y que sirve para eliminar las bacterias competitivas y no saludables del intestino.
Otro componente integral del tracto digestivo humano que es indispensable para su restauración continua es el lactobacillus salivarius.
El Lactobacillus rhamnosus es una de las 52 bacterias beneficiosas que ha demostrado ser particularmente resistente a las bacterias que causan enfermedades y al ácido gástrico. También es capaz de adherirse fácilmente a la mucosa intestinal.
El Bifidobacterium bifidum ejerce sus efectos principalmente en el intestino grueso, donde produce vitaminas B y mejora la absorción de vitaminas, calcio y otros minerales, al igual que otras bacterias intestinales simbióticas. El ácido láctico y el ácido acético producidos por las bacterias simbióticas intestinales mejoran la acidez en el tracto intestinal aumentando la resistencia contra las bacterias y hongos patógenos. La conversión de nitrato (en vegetales) en nitritos, y posteriormente en nitrosaminas cancerígenas, también se inhibe.
Efectos de los prebióticos:
Decenas de miles de plantas contienen fructooligosacáridos (FOS), también conocidos como prebióticos. Se encuentran concentraciones particularmente altas de estas fibras en el centeno, el ajo, la cebolla, el plátano, la bardana y la miel. Debido a que nuestro sistema digestivo carece de ciertas enzimas, los seres humanos no pueden digerir completamente los FOS, sino que se convierten en fructooligosacáridos de cadena corta (scFOS®), que se adhieren a la mucosa del tracto intestinal. De esta manera, proporcionan un caldo de cultivo perfecto para las bacterias beneficiosas, que pueden asimilar este azúcar.
La mayoría de los FOS son derivados naturales de la inulina, un hidrato de carbono de reserva que se encuentra en las plantas y también se conoce como almidón. La inulina, particularmente la derivada del tupinambo, la alcachofa de Jerusalén fue muy venerada por los indios norteamericanos por sus beneficios para la salud. Cuando la inulina y sus sustancias relacionadas se acumulan en el intestino, sus propiedades bacteriostáticas adicionales también ayudan a restaurar la flora intestinal saludable. La inulina también se hincha en el estómago, lo que ayuda a controlar la sensación de hambre.
Los minerales de coral fosilizados contenidos en Coral Calcium® optimizan el equilibrio ácido / alcalino y mejoran la absorción de los ingredientes por parte del cuerpo.
Usos
Algunos estudios científicos han revelado que los probióticos pueden tener una influencia positiva en una amplia variedad de problemas físicos, trabajando principalmente en la mejoría de los mecanismos de defensa del cuerpo. Estos problemas incluyen:
- diarrea
- síntomas de intestino irritable
- molestias estomacales e intestinales
- salud de las encías
- salud del sistema inmunitario
- salud de la piel
Las bacterias probióticas y las sustancias prebióticas de Florachron® trabajan de forma simbiótica y cronobiológica para ayudar a mantener un sistema digestivo y un sistema inmunitario saludables.
Composición


de calidad farmacéutica. Otros componentes: celulosa microcristalina, hidroxipropilmetil-celulosa, pectina, carbonato de sodio (anhidro), ácido -esteárico, goma de guar, color de cúrcuma.
* cantidad garantizada de bacterias vivas en el momento del acondicionamiento
** UFC = Unidad formadora de colonias
de calidad farmacéutica. Otros componentes: estearato de magnesio, fosfato tricálcico, SiO2.
Posología
En caso normal, tomar 2 comprimidos AM (blancos) por la mañana y 2 cápsulas PM (azules) por la noche con bastante líquido.